News

Crónicas del concierto en los Jueves Flamencos 2015

“Rafael Riqueni vence al tiempo”

Rafael Riqueni es el compositor de su generación más inspirado de la escuela sevillana. Es decir, un genio. Pero cuando estuvo llamado a compartir el podio con Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, entre otros, se dejó vencer por las veleidades mundanas y dejó la guitarra en lágrimas deshechas. Volvió al mundo de la vida flamenca en la pasada Bienal y consiguió el orgasmo del evento, pero tenía que presentarse en solitario en Sevilla, su Sevilla, para confirmar que el regreso era posible.

Y tanto. Con la sonrisa tranquila y sin dejarse llevar por la emoción del momento, Riqueni ha vencido al tiempo. Cada tema no ha sido una composición más de su agudeza creadora, sino que lo hemos recibido como un testimonio de vida, como la semilla que florece su flor en otras ramas, y expresados con un lenguaje tan sutil y tan personal que invitó a la abstracción, al embelesamiento, frente a la concreción de esta época de vértigo.

Lo suyo fue un concierto de guitarra, a secas, y no de guitarra con orquestina, y cuando abordó la taranta ‘Alcázar de cristal’, en sus manos pareció que se conjuraban las manos de todos los sabios de la guitarra. Luego buscó ‘A Canales’ en el futuro de las entrañas de la soleá, de la que fluyó toda una inagotable fuente de notas cargadas de belleza y originalidad, con armonía de fina sensibilidad y profundidad, y con acentos que traspasaron hasta el aire de la sala.

El Mundo. Manuel Martín Martín. 08/05/2015 ****

http://www.elmundo.es/andalucia/2015/05/08/554c7080e2704e4f2c8b457f.html

“Y Sevilla se volvió a enamorar”

Cuando salió Rafael al escenario, sencillo, como pidiendo perdón por permitirse la licencia de tocar para la mejor afición del mundo, sentí un extraño escalofrío y dije para mis adentros: esta va a ser una noche memorable, histórica, inolvidable. Cierto es que íbamos predispuestos a que el maestro trianero nos refregara su música flamenca por la piel hasta hacernos sangre. Ya saben, o deberían saberlo, que para que un aficionado a la guitarra se emocione en Sevilla tiene que haber sobre el escenario un guitarrista de una vez. Riqueni es único, no tiene nada que ver con los demás guitarristas que conocemos, es distinto a todos, un creador, y los creadores no abundan. Y cuando se relajan son olvidados inmediatamente. Pero, ¿alguien podría olvidarse de un guitarrista como Riqueni? ¿Es eso humanamente posible? ¿Alguien podría arrancar de su memoria una taranta como Alcázar de cristal o una rondeña como Benamargosa, con su peculiar afinación de sones seguiriyeros?

El recinto se llenó a rebosar y Rafael no sabía cómo agradecer a Sevilla tanta generosidad. Tocando, Rafael. Y tocó como hacía años que no lo hacía, sin esa frialdad que a veces limitaba sus éxitos en una tierra, Sevilla, la suya, donde gusta que el toque, el cante y el baile flamencos quemen hasta achicharrar. El flamenco está hecho de vida y la del maestro no ha sido fácil en los últimos años. Luego su toque de ahora trasmite más vida, o sea, emoción a raudales. Lo que los flamencos llamamos pellizco y que algunos no han entendido todavía porque se empeñan en no entenderlo. Los pellizcos que Rafael le metió a la soleá que dedica a Canales, que parecía que andaba por el escenario Matilde Coral envuelta en un mantón de Manila y con una bata de cola tan larga como el puente de su barrio.

El Correo de Andalucía. Manuel Bohorquez. 08/05/2015 *****

http://elcorreoweb.es/cultura/y-sevilla-se-volvio-a-enamorar-AY320310

“Un regalo para Sevilla”

Vino Riqueni pletórico de fuerzas. No hay otro guitarrista flamenco que ofrezca un concierto de 100 minutos a guitarra sola. Desgranó su repertorio, clásico y nuevo. Los temas de los ochenta y noventa suenan como recién paridos. Y sus últimas composiciones, inspiradas en el Parque de María Luisa, son pura maestría. Riqueni es uno de los grandes creadores sevillanos de hoy. Su espejo es Montoya, Ricardo, Sabicas, pero también Turina  y Font de Anta. Nacionalistas universales, como él mismo.

En su retina, en sus manos, está Sevilla entera. Y Triana. Riqueni es un fino observador que traslada a la guitarra el vuelo de una alondra, el movimiento de una hoja. Está en plenitud de forma y goza de una serena madurez que reconforta. Cada una de las notas que pulsa tiene sentido. Trasmite una emoción, una mirada, un recuerdo, un deseo. En realidad nada se puede decir de su música, porque su discurso es elocuente en extremo. No permite glosas ni explicaciones, por más que el tocaor, en los títulos de sus piezas, nos señala una fuente de inspiración.

Tampoco necesita mayor instrumentación que su guitarra, que domina a la perfección, que traduce sus emociones de una forma tan cabal. Riqueni es un romántico, un nacionalista de su barrio, de su calle. De las macetas de su balcón. Un romántico porque pone la emoción por encima de la forma, porque es capaz de darlo todo, la vida, por una nota, por un paisaje, por un silencio. Su guitarra es serena y apasionada, fuerte y sentimental, viril y lírica, dulce y amarga. Su música es un regalo para esta ciudad.

Diario de Sevilla. Juan Vergillos.08/05/2015 *****

http://www.diariodesevilla.es/article/ocio/2023798/regalo/para/sevilla.html